domingo, 10 de julio de 2016

SAN VALENTÍN"



El amor romántico es el modelo de relación propuesto por el sistema heteropatriarcal que constituye hoy en día uno de los métodos más eficaces de control y subordinación hacia las mujeres. Esta idealización de las relaciones de pareja fomenta vínculos monógamos y heterosexuales en los que los miembros de la pareja dejan de ser para pertenecer al otro, creando así fuertes dependencias emocionales y sexuales.

Cuando hablamos de amor romántico o tóxico, hablamos también de numerosos mitos que alimentan esta forma de ver el amor y que, por desgracia, entran en nuestras vidas cuando somos pequeñas para quedarse y cambiar nuestra forma de entender el entorno, las relaciones sociales, amorosas y sexuales que normalmente comenzamos a experimentar en la adolescencia.

¿Y cuáles son esas cosas que nos recuerdan a través de esta fecha? Pues nada más ni nada menos...

 - Que tenemos que tener novio o novia. Porque, al parecer, no podemos, o mejor dicho, ¡no debemos!, estar solos/as.


 - Que si eres chico, ¡esta noche lo vas a pasar genial! Ya sabes, en una sociedad patriarcal y capitalista no puedes hacer las cosas a gratuitamente, por honestidad, sin algún interés, por amor.


- Que si eres chica, debes de estar dispuesta a acostarte con tu novio si te hace un regalo. Recuerda, mujer: en el patriarcado capitalista tú no eres un ser humano, sino un trozo de carne al servicio del varón.

- Que hay que ser heterosexuales. ¿Alguien puede decirme, cuando se hacen promociones por San Valentín, en cuántos cartelitos aparecen dos varones o dos mujeres besándose?

- Que no importa si eres un/a idiota que nunca te acuerdas de tu novio/a y le tratas mal. Durante el resto de los días del año puedes insultarle, abofetearle, pasar olímpicamente si precisa tu ayuda y todo cuanto te plazca, pues con acordarte el 14 de febrero, ya está la tarea más que cumplida porque eres súper romántico/a.

 
En Resumen, el amor romántico es un instrumento del terrorismo machista, y aunque sea difícil, hay que entender que si hay violencia no hay amor, y no hablamos solo de los golpes, que es la violencia más visible, sino también de otras formas más sutiles de dominación que nada tienen que ver con el amor, como el control excesivo, los celos desmedidos, la falta de autonomía, la desvalorización, los insultos, el aislamiento, así como obligarnos a hacer cosas que no queremos hacer. No significa que no nos agraden los obsequios, en realidad, lo que más nos importa son los gestos, y el gesto es la muestra cotidiana, que puede o no venir acompañada de un presente, del amor entendido como la presencia de un par que sabe que no hay nada más alejado del amor que la violencia, y no me voy a sentir más querida recibiendo una caja de bombones.
 


                                                           JÉSSYCA CASTAÑO


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