domingo, 10 de julio de 2016

"Salvados" y la violencia de género

"Salvados" y la violencia de género
 Me entero de que Jordi Évole tiene ya listo y a punto de emisión un programa sobre violencia de género y automáticamente me pongo en guardia. Por lo general me suele gustar cómo aborda los temas y su forma de trabajar, pero algo me dice que este programa no nos va a gustar. Por varios motivos:


1- Porque se va a centrar solo en la parte más visible del problema: los insultos más bestias y las agresiones físicas, mientras que van a quedar muy difuminados todos los pasos previos de ninguneo, sometimiento y coacción hasta que llega la primera hostia. Quiero pensar que el programa ha podido contar con asesores lo bastante cualificados como para haber tratado siquiera internamente el síndrome de la rana hervida, pero sigue siendo un programa de duración limitada y esto es televisión: cuando el rigor está reñido con la audiencia, es la audiencia la que prima y el rigor sale perdiendo.


2- Porque la estructura social que permite y alienta que se perpetúe la violencia de género ni siquiera va a ser nombrada. Dudo mucho que incluya el mito del amor romántico y del sacrificio porque el amor todo lo puede en el programa. O que se mencione la mayor vulneran económica de la mujer, especialmente con hijos pequeños, o que se aborden siquiera por encima lo difícil que es para una mujer víctima de violencia de género tomar la decisión de alejarse y mantenerse firme, lo que pesa es estigma del fracaso y del “egoísmo” en la decisión de abordar el final de una relación.


Me juego una cena a que no pronuncia ni una sola vez la palabra “patriarcado” si no es porque su interlocutora se lo menciona antes.


3- La idea de que denuncias y está todo resuelto me pone los pelos de punta. Decirle a una víctima de violencia de género que denuncie y así se acaban todos sus problemas es peligrosa, va a necesitar un acompañamiento psicológico que nadie le va a brindar, y se va a enfrentar a un proceso durísimo que está diseñado desde el minuto cero para desincentivarla a seguir adelante con la denuncia, que la cuestionaran a ella pese a que cuenta la leyenda popular que es el hombre quien no tiene presunción de inocencia y con el testimonio.


4- Porque en esa equidistancia y ese “ver todos los puntos de vista” que practica, veremos a ver si no llama también a aparecer en el programa a un hombre denunciado en falso, a un condenado por maltrato que está muy arrepentido, a la madre de un hombre que se suicidó porque durante el divorcio su ex se quedó con la casa y el coche y encima quería una pensión para los niños pero que en realidad era para irse de viaje y gastárselo en ropa y peluquería. Y, como guinda del pastel, las mafias que ponen denuncias falsas para tramitar permisos de residencia.


 Que quede un programa equilibrado, no vayan a tachar a Jordi Évole de feminazi.


                                                                                  - Jessica Castaño -

No hay comentarios:

Publicar un comentario